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Pugnas Estratégicas en el Gran Caribe

Por: Miguel Antonio Solís

El Gran Caribe, que se extiende desde la península de la Florida hasta las costas venezolanas, es más que un simple paraíso turístico; es un tablero de ajedrez geopolítico en el que se están midiendo las fuerzas de potencias globales y regionales. La alta tensión entre Estados Unidos y Venezuela no es solo un conflicto bilateral, sino el eje central que define las actuales pugnas estratégicas en esta región vital. La política del Gran Garrote, revive a la sombra de la Doctrina Monroe.

El Caribe como Extensión de la Doctrina Monroe

Para Estados Unidos, el Caribe es un área de seguridad nacional inmediata. La prioridad de Washington ha sido históricamente garantizar el control sobre las rutas marítimas (especialmente el acceso al Canal de Panamá) y evitar la presencia consolidada de potencias antagónicas y combatir el narcotráfico.

En este contexto, la Venezuela de Nicolás Maduro, con su postura autoritaria y sus alianzas estratégicas con Rusia, China e Irán, se convierte en la principal amenaza al statu quo regional.

La estratagema de Venezuela para resistir la presión estadounidense consiste en invitar y consolidar la influencia de potencias extrarregionales que desafíen la hegemonía de Washington. Al hacerlo, Caracas convierte su conflicto bilateral en una pugna multipolar que tiene al Caribe como epicentro tectónico geopolítico.

Acusaciones de Narcotráfico

El gobierno estadounidense acusa a la cúpula del gobierno venezolano de estar directamente involucrada en el tráfico de drogas y de estar estrechamente ligada al llamado Cártel de los Soles y las bandas criminales del Tren de Aragua.

Venezuela y el espíritu Anchorage, Alaska

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su par ruso, Vladímir Putin, se reunieron en Alaska el 15 de agosto, buscando un avance en el enquistado conflicto ruso-ucraniano y, con ello, estabilizar la turbulencia geopolítica global que parece sumida en el caos.

Muchos analistas interpretan esta reunión como un movimiento estratégico en el “Ajedrez geopolítico global”, tal como lo conceptualizó el gran estratega Zbigniew Brzezinski. La posibilidad de que se hayan sacrificado algunos peones en Anchorage es una interrogante que muchos estipulan: una negociación de Ucrania por Venezuela que beneficie a Washington y a Moscú.

El Dilema de los Pequeños Estados Insulares

Los países del Caribe insular y Centroamérica se encuentran atrapados en esta pugna. Se enfrentan a un dilema decisivo: la dependencia y la neutralidad.

Los Estados insulares a excepción de Cuba, mantienen fuertes lazos económicos y de seguridad con EE. UU. (turismo, remesas, acuerdos de seguridad). Este mutualismo obliga a los dependientes a ser parte o a colaborar con el Tío Sam, caso República Dominicana.

La inestabilidad generada por la confrontación EE. UU.-Venezuela (la crisis migratoria, la volatilidad petrolera) impacta directamente en la seguridad y la estabilidad de estos pequeños estados, forzándolos a un complicado equilibrio diplomático.

Es Hora del Pragmatismo

La tensión actual en el Gran Caribe, centrada en la confrontación entre Washington y Caracas, solo aumenta los riesgos de inestabilidad, confrontación, militarización y proliferación del crimen organizado en una de las regiones más vulnerables del planeta.

Es imperativo que la Casa Blanca y Miraflores reconozcan que la estabilidad regional se logra mejor mediante una estrategia de negociación pragmática, enfocada en:

  1. Reducir la militarización en el Caribe.
  2. Facilitar soluciones a la crisis humanitaria en Venezuela.
  3. Establecer garantías creíbles para un proceso democrático y electoral transparente a cambio de un alivio gradual y condicional de las sanciones.

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