
El Sacrificio de Abinader: Una Reforma Fiscal Necesaria para Garantizar el Bienestar del País
El presidente Luis Abinader ha demostrado, a lo largo de su mandato, un compromiso inquebrantable con la estabilidad y el desarrollo de la República Dominicana. Ahora, con la propuesta de una reforma fiscal que busca garantizar un futuro sostenible para el país, Abinader está dispuesto a poner en juego su popularidad y niveles de aceptación. Este es, sin duda, uno de los mayores sacrificios que un líder puede hacer: tomar decisiones difíciles que podrían no ser populares a corto plazo, pero que son necesarias para el bienestar de las futuras generaciones.
Desde el inicio de su gestión, Abinader ha estado comprometido con corregir los errores del pasado. Los gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) dejaron un legado de endeudamiento masivo y descontrolado. La falta de responsabilidad fiscal y la corrupción desenfrenada marcaron las administraciones pasadas, lo que ha dejado a nuestro país en una situación económica precaria. Hoy, nos enfrentamos a las consecuencias de esas decisiones irresponsables, y la única manera de garantizar un futuro próspero es a través de esta reforma.
Esta reforma fiscal no es un capricho del actual gobierno, ni una simple herramienta recaudatoria. Es una respuesta inevitable a la realidad económica que heredamos. Los altos niveles de deuda, las necesidades urgentes en infraestructura, salud, educación, y los efectos de la pandemia de COVID-19, han puesto al país en una encrucijada. O seguimos por el mismo camino de inacción y postergamos el problema para que otra generación lo enfrente, o tomamos el difícil pero necesario rumbo de la reforma.
El presidente Abinader ha decidido asumir el reto. Ha dejado claro que, más allá de los intereses políticos o las aspiraciones electorales, su prioridad es el bienestar de la nación. Sabe que esta reforma podría generar incomodidad en algunos sectores y que podría enfrentar críticas, pero también sabe que es la única forma de evitar una crisis mayor en el futuro.
Es crucial que la población dominicana entienda que este no es un sacrificio en vano. Abinader está comprometiendo su popularidad por el bienestar del país, por un futuro más seguro y estable. Lo fácil sería seguir endeudándonos, maquillando la realidad y postergando las decisiones difíciles, como lo hicieron los gobiernos del PLD. Pero ese no es el camino que ha elegido el presidente. Él ha optado por la transparencia, la responsabilidad y el compromiso con las generaciones futuras.
Por eso, es momento de darle un voto de confianza. La reforma fiscal no es un castigo, sino una oportunidad para corregir el rumbo. Es la herramienta que permitirá que la República Dominicana tenga una economía más sólida y que podamos construir un país más justo y equitativo.
El sacrificio que hoy está haciendo Luis Abinader no debe pasar desapercibido. Es el sacrificio de un presidente que antepone el bien común por encima de los intereses personales o políticos. Como dominicanos, debemos respaldar esta iniciativa y reconocer que el verdadero liderazgo se demuestra en los momentos difíciles. La reforma fiscal es inevitable, pero también es la puerta hacia un futuro más próspero. Hoy, más que nunca, debemos confiar en que el presidente está tomando las decisiones correctas, por el bien del presente y, sobre todo, del futuro de nuestra nación.